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Los limites a la propiedad intelectual

Los limites a la propiedad intelectual

Por Juan Pablo Letelier, senador por la Región del Libertador Bernardo O"Higgins

 

Uno entiende que haya intereses de Estado; intereses que se establecieron al firmar los tratados internacionales; que es necesario aplicar la legislación nacional correspondiente.
                  
Pero yo me hago una pregunta: ¿qué va a pasar con quienes cotidianamente prenden los computadores; pinchan programas, bajan en forma masiva música; la meten en sus MP3, y andan en las calles de nuestra patria todos los días escuchando música sin pagar derechos de autor. ¿Los vamos a transformar en delincuentes?,

 

Si es así, me opongo a ello.  Por cuanto sí queremos defender el concepto de derecho de autor, debemos establecer un límite.

 

Yo no sé, si con el proyecto que vela por el derecho de autor, se defienden bien los intereses. Hay otros intereses que se defienden también, y habrá que precisarlo. Pero a mí me preocupa más bien el problema cotidiano.

 

¿Qué va a pasar en comunas como San Francisco de Mostazal, donde en un boliche de una esquina -porque no es ni restaurante, aunque tenga patente de restaurante- pero un vulgar boliche de una esquina, porque tiene puesta una radio y no paga los derechos de autor, lo clausuran.

 

                  
Es decir, cuáles son los límites, las excepciones que vamos a establecer respecto a la defensa de los derechos de autor.
                  
Y por ende, yo quiero decir que en el proyecto que tiene 4 pilares fundamentales, o tres pilares fundamentales, el tema de las excepciones no es un tema menor. Y yo creo que las excepciones establecidas son insuficientes.

 

                  
¿Por qué la gente piratea libros? Porque los libros en Chile son muy caros. Es brutalmente caro comprar un libro en este país.
                  
Algunos, en estos días, han destacado que el precio del petróleo en relación al ingreso de Chile es muy alto. Es cierto. Pero hay algunos de nosotros que nos preocupan los bienes culturales por sobre el petróleo. Cuando uno discute el tema del acceso. Y no cabe duda de que si uno hace una comparación, el acceso a los bienes culturales está más restringido para la mayoría de los chilenos, incluso más restrictivo que acceder al uso de la bencina de un auto.
                  
Y aquí tenemos que precisar, vuelvo a decir, cuáles son las excepciones. Uno podrá establecer que le parece bien sancionar la piratería organizada, sí, la organizada; que uno puede querer defender el derecho de autor. Yo como muchos valoro mucho la creación, no solamente de los autores artísticos sino que también del desarrollo intelectual de patentes industriales que en nuestro país, vaya que es difícil establecer una patente y que a uno se la respeten. O sea, todavía es más fácil inscribir un invento en Estados Unidos que haya sido hecho en Chile que en nuestro propio país.
                  
Tenemos dificultades en esa materia, que probablemente deberíamos establecer procedimientos que estimulen más el proceso de patentamiento de producciones intelectuales y de propiedad intelectual en nuestro país.
                  
Me inquieta, que el contenido del proyecto tenga más la lógica de las sanciones y procedimientos más que el tema de las excepciones, más que el tema de garantizar acceso a derecho de todos los ciudadanos y ciudadanas. Porque una verdadera democracia, una donde el acceso a los bienes culturales, entre otros, no son un obstáculo o no están obstaculizados.
        
Yo creo que hay ciertas producciones culturales que son patrimonio de la humanidad o deben ser de acceso más amplio.
                  
Pero -vuelvo al punto de origen-, ¿qué hacemos en este mundo de hoy donde la tecnología, donde internet... No es un problema de bajar un programa. Eso que llaman la tecnología -no sé como le llaman- inversa, ingeniería inversa. Ese fenómeno. A mí me preocupa la vida cotidiana y cuál es la señal que vamos a dar.
                  
Yo no voy a votar,  por transformar a nuestros hijos en delincuentes porque bajan música. Yo no voy a patrocinar, ni respaldar, al momento de votar en particular, un proyecto que no se hace cargo de que tiene que haber mayores limitaciones en lo que es el acceso o lo que es la aplicación de esta ley y cierto tipo de sanciones.
                  
Yo entiendo que tenemos compromisos internacionales. Por eso aprobé la idea de legislar. Pero yo quiero pedir al Ejecutivo establecer cuál es el equilibrio correcto entre el interés nacional y los intereses de las transnacionales que impusieron cierto criterio al momento de definir leyes de propiedad industrial o de propiedad intelectual en el contexto internacional.

 

Yo fui de aquellos que critiqué mucho lo que ha sido en materia de farmacéutica la lógica y el cambio que se produjeron en los 90.  Tengo la impresión que esto tiene que ir con los temas de autonomía y soberanía, que son muy importantes.

 

Yo espero que algunos no nos transformemos o, más bien, no se transformen más papistas que el Papa en entender que el orden internacional es algo que hay que respaldar, el marco de la legislación internacional, pero no por ello renunciar a intereses permanentes de nuestro país.

 

Si no nos cuidamos vamos a transformar a muchos de nuestros hijos y nietos en delincuentes con esta ley, porque hay excepciones que son bastante restrictivas para lo que deberíamos garantizar en un proyecto de ley como el que modifica la ley de propiedad intelectual.

 

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