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Presente y futuro de la capacitación

Presente y futuro de la capacitación

En estos tiempos, la capacitación en nuestro país para las micro, pequeñas y medianas empresas enfrenta nuevos desafíos. La recién promulgada ley que crea el Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales y perfecciona el Estatuto de Capacitación y Empleo, es una prueba de ello.

 

 

 

Según la última encuesta de pequeñas y medianas empresas realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), al 2006 existían en Chile 83.347 Pyme formales. No obstante y de acuerdo al tamaño, el 13% de éstas se capacitó y de ese total sólo 7,4% de las más pequeñas formaron a sus recursos humanos.

 

Parece que llegó la hora de derribar algunos mitos respecto de capacitarse. Uno de éstos, es la inversión en tiempo y dedicación que significa, ya que los empresarios siguen optando por lo inmediato que es competir, vender y trabajar. Es decir, el propio éxito atenta contra la mirada a futuro. Otro dice relación con el temor que experimenta el empresario al perder a sus recursos humanos capacitados, “se invierte en cursos y otro aprovecha el beneficio”; finalmente la idea que la capacitación es muy cara y que sólo las grandes empresas pueden aprovecharla.

 

La tendencia mundial exige que las Pyme presenten un capital humano a la altura de un país que no para de firmar acuerdos y tratados con países de diferentes latitudes. Además, la velocidad con que se generan los cambios en la sociedad y la irrupción cada vez más agresiva de las innovaciones tecnológicas requiere estar preparados de forma de no perder competitividad.

 

Mitos por derribar

 

 

La adquisición de un enfoque de competencias presenta desafíos interesantes para el sistema de capacitación en Chile. La posibilidad de certificar lo aprendido y crear perfiles para diferentes cargos al interior de las empresas supone un cambio que va más allá del lápiz y el pizarrón.

 

 

Muchos empresarios al mando de su negocio, ven la capacitación como una pérdida de tiempo y de inversión, y es que frente a la dinámica de vender rápido dejan de lado la importancia de contar con un capital humano que les permita ser más competitivos en el mercado. A esto se suma el temor de que si se invierte en la capacitación de los trabajadores, éstos finalmente se pueden ir de la empresa y otros aprovecharán sus nuevas competencias o bien que capacitarse es muy caro y que sólo algunos pueden hacerlo.

 

Expertos confirman que el empresario chileno aún “no tiene la voluntad para capacitarse”, ¿falta de ganas o de tiempo?, lo importante es reconocer que este tema debe dejar de ser una carga y convertirse en la herramienta para que la empresa marque la diferencia.

 

Salir a buscar

 

Además del autoaprendizaje que es la forma más económica, la capacitación puede costearse por dos vías: pagando el 100% en forma particular, o por medio de los incentivos o franquicias que otorga el Servicio de Capacitación y Empleo (Sence). Ahora bien, diversas son las opciones que entrega el mercado para las pequeñas empresas que piensan en mejorar su gestión a través de la formación técnica.

 

La primera corresponde a los Organismos Técnicos de Capacitación (Otec) autorizados por Sence para dar servicios de perfeccionamiento: universidades, institutos profesionales, centros de formación técnica, liceos técnico profesionales, o empresas dedicadas a la capacitación, entre otros.

 

Estos organismos pueden ser contratados directamente o concursar para ejecutar programas sociales del Sence. Si usted desea conocer cuáles son los Otec autorizados debe visitar el sitio web www.sence.cl e ingresar el nombre del curso que desea tomar, de esta forma verá las instituciones que dictan dicho curso y que operan con la franquicia tributaria.

 

Luego están los Organismos Técnicos Intermedios para Capacitación, Otic, que son personas jurídicas sin fines de lucro, cuyo objetivo es otorgar apoyo técnico a las empresas adheridas, principalmente, a través de la promoción, organización y supervisión de programas de capacitación y de asistencia técnica para el desarrollo de recursos humanos. A estos organismos les está impedido impartir y ejecutar directamente actividades de capacitación laboral, sólo les corresponde servir de nexo entre las empresas afiliadas y los organismos técnicos de capacitación.

 

Por ejemplo, un Otic, tras analizar las necesidades de la empresa, determina que se requiere capacitar a un grupo de trabajadores en alfabetización digital. Luego ésta llama a una licitación y contrata a un Otec.

 

Pero también se puede prescindir de un Otic. Para ello, una empresa que pretende capacitar a sus trabajadores en aprendizaje del inglés puede comunicarse directamente con un Otec o licitar para que concursen varios Otec y luego contratar a uno.

 

Al día y certificados

 

Para una mayor regulación del sistema, nació la Norma Chilena NCh 2728, documento de aplicación nacional que establece los requisitos a cumplir por los Otec para certificar su sistema de gestión de la calidad y así pertenecer al Registro Nacional de Organismos de Capacitación autorizados por el Sence.

 

Esta norma, desarrollada por el Instituto Nacional de Normalización (INN), fija la gestión empresarial del Otec asociada con la calidad. En términos generales, consta de la estructura organizacional junto con la documentación, procesos y recursos que el Otec emplea para alcanzar sus objetivos de calidad y cumplir con los requisitos de sus clientes.

 

Desde la fecha que se promulgó la ley que da obligatoriedad de contar con esta norma para acceder al beneficio del Sence, los organismos de capacitación disminuyeron de 7000 en el 2004 a 2320 que funcionan actualmente

 

Herramientas públicas

 

El Sence dispone para el segmento de las microempresas, el programa especial de capacitación. Son cursos gratuitos –ejecutados por un Otec- dirigidos a dueños de microempresas cuyo volumen de venta sea inferior a UF 2.400 anual neto.

 

Además para los trabajadores de microempresas y trabajadores independientes existe la beca microempresa, que entrega cursos gratuitos a quienes tengan baja calificación laboral. También para este segmento existe la línea especial de apoyo a través del programa Chilecalifica, el cual busca facilitar que dueños y trabajadores de este segmento reciban capacitación basada en estándares de competencias o en un enfoque de competencias, a través de experiencias demostrativas.

 

“En general este tipo de becas se otorgan a taxistas, personas que trabajan en talleres o en el comercio detallista y banquetería, entre otras” asegura Alejandro Bascuñan, gerente general de la Otec Espacio Empresarial.

 

Agrega que los cursos más requeridos por las Mipe se relacionan con el uso de tecnologías de la información, transportes y comunicaciones, idiomas y administración como manejo de bodegas, contabilidad, planes de negocio, entre otros. “Muchos de estos cursos son bastante básicos y no se observa una gran innovación al respecto. Yo echo de menos que existan cursos de gestión más avanzados que acompañen el desarrollo de la Pyme, como atención al cliente, por ejemplo”.

 

Por tal razón desde Sence, en conjunto con otros organismos públicos, decidió cambiar el enfoque de la oferta programática para las empresas de menor tamaño y orientarse a una cultura de la capacitación que impulse la formación continua entre los trabajadores chilenos, además de perfeccionar los sistemas de información e intermediación laboral. También trabajan para darle mayores facultades a las instancias regionales en la definición de programas de capacitación laboral en los territorios.

Proyecto piloto en certificación de competencias laborales Pyme

 

Desde junio de este año, la Fundación Chile está desarrollando el proyecto piloto “Enfoque de competencias laborales aplicado a la micro y pequeña empresa”.

 

Esta iniciativa es desarrollada en conjunto con Chilecalifica, Sence, Sercotec y Fundación Chile para trabajar con microempresas del sector turismo y comercio detallista de la Región de Valparaíso y Metropolitana.

 

Como explica Daniela Garrido, secretaria técnica del proyecto, lo que se busca es apuntar directamente a los dueños de las empresas, para lo que se creen estrategias que tengan que ver con instalar capacidades de acuerdo a sus competencias laborales.

 

Hasta el momento, como afirma Garrido, la reacción de los empresarios ha sido muy positiva. “Hay un tema de reconocimiento social en tanto viene alguien a respaldar y ponerle un rostro al microempresario. Porque en el fondo las competencias laborales vienen a certificar las habilidades, conocimientos, destrezas de como realizas las funciones que hay que hacer para poder llevar a cabo el trabajo”.

 

 

 

El nuevo rumbo de la capacitación

 

Dejar atrás las clases con pizarrón y llegar a una capacitación en el lugar de trabajo más acorde a las competencias de los trabajadores, es lo que busca la nueva ley que se promulgó en junio pasado, la cual crea un Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales y perfecciona el Estatuto de Capacitación y Empleo.

 

Esta nueva regulación es un esfuerzo de públicos y privados por aumentar la productividad de empresas y trabajadores al reconocer las competencias laborales de las personas. Establece que las personas podrán, voluntariamente, solicitar la certificación de sus competencias laborales según el sistema que establece la legislación y sin que ésta constituya obligación o requisito para desempeñar una determinada actividad económica u ocupacional. La certificación en competencias laborales será otorgada mediante entidades acreditadas a través de un marco regulatorio común aceptado por los distintos sectores productivos.

 

Fundación Chile fue la entidad pionera en Chile en diseñar y poner en marcha un sistema nacional para evaluar y certificar las competencias laborales de las personas. Desde el año 1999 comenzaron a trabajar con este enfoque y durante estos nueve años han entregado más de 15 mil certificaciones para trabajadores de diversos sectores productivos.

 

Destacan que la experiencia ha sido muy positiva, pues se trata de una certificación en base a un reconocimiento de lo aprendido en el trabajo, no importando la forma en que se haya adquirido. Y para los empresarios significa estandarizar un cargo, levantando un perfil que les permita conocer mejor las competencias de sus empleados.

 

En Sence tienen puestas todas sus esperanzas en este nuevo sistema de competencias laborales. Su director nacional, Fernando Rouliez, explica que hay mesas de trabajo encabezadas por la subsecretaría del Trabajo, Chilecalifica, organismos públicos y privados, los cuales están trabajando en la elaboración del reglamento que esperan tener listos en septiembre de este año, por lo que en mayo del 2009 se estarían entregando las nuevas certificaciones laborales.

 

“Vamos a ir desde lo presencial a otras fórmulas que le quiten poco tiempo al adulto de la Pyme, para lograr las competencias que requiere. A eso aspiramos y por lo tanto, creemos que hay que buscar una capacitación alternativa, y no quedarse con la idea de pizarra y profesor que es una mentalidad escolar”, concluye Rouliez.

 

Fuente:www.diariopyme.com

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