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Texto del discurso de Bachelet al cumplir dos años en el poder.

Discurso de la Presidenta Bachelet al conmemorar el segundo aniversario de su gobierno
    

 

Estoy muy contenta poder compartir aquí en esta mañana cuando estamos celebrando el aniversario del segundo año del gobierno. Contenta, también, porque lo estamos haciendo en una fecha muy particular.

Como señalaba en una actividad que acabamos de tener al, finalmente, promulgar la reforma previsional.

Y decía que hoy día sin duda celebramos este aniversario pero también estamos celebrando, Presidente Aylwin el que la democracia chilena se hace adulta.

Hemos cumplido 18 años de que usted asumiera y de que hubiéramos reconquistado la democracia en nuestro país. Y como toda democracia, aunque haya cumplido la mayoría de edad de acuerdo a la ley chilena nuestra tarea sigue siendo cuidarla, protegerla y ampliarla.

Hace 18 años don Patricio Aylwin, reencontrando a Chile con la historia, juró como Presidente de la República. Con don Patricio iniciamos la tarea de restablecer el régimen de libertades y la cultura de los derechos humanos en nuestro país. Desde entonces, y venciendo muchas dificultades, los chilenos fuimos tejiendo con paciencia, pero a la vez con esmero el reencuentro nacional en torno a la verdad, a libertad y a justicia.

Han sido años fructíferos porque hemos logrado no hemos permitido que nadie olvide las lecciones que nos deja nuestra historia y porque hemos cuidado lo que nos costó tanto recuperar.

Todos los sectores han contribuido a consolidar una convivencia basada en el diálogo, el respeto al marco constitucional y legal y la voluntad de coincidir en los asuntos fundamentales y esta forma de actuar ha sido una genuina forma y expresión de patriotismo y por eso es que hemos progresado.

Y yo quisiera que en esta mayoría de edad que celebramos hoy día hacer un reconocimiento muy especial a los Presidentes Patricio Aylwin, Eduardo Frei y Ricardo Lagos, artífices del Chile democrático moderno y más justo que hoy día vivimos.

Sin duda además que es una ocasión especial porque estamos celebrando estos 18 años del triunfo de la paz en Chile junto a un buen amigo, el Presidente Rafael Correa, de la hermana nación del Ecuador.

Sepa usted querido amigo y la delegación que lo acompaña, que Chile está comprometido, junto a todas las naciones latinoamericanas al mayor esfuerzo por asegurar que en nuestro continente prime la disposición de entendimiento y de respeto, en el marco del derecho internacional.

Este es un país que sabe lo que se sufre cuando los países pierden su capacidad de diálogo y entendimiento. Y sabemos dolorosamente que la violencia sólo puede acarrear calamidades a nuestros pueblos.

Queremos decirle que, pese a todas las dificultades del último tiempo, celebramos hoy junto a usted la voluntad de un continente de defender la paz y el derecho en nuestra región. Gracias por estar con nosotros, nos honra con su presencia.

Queridos amigos, lo que voy a decir no es una novedad. Tengo el orgullo de ser la primera mujer Presidenta de la Chile, pero a la vez tengo el honor de encabezar el cuarto gobierno de la coalición más exitosa de la que tengamos memoria. Tenemos plena conciencia de estar transformando a Chile desde lo social, desde las personas y desde una mejor convivencia.

Lo que hemos hecho y lo que seguiremos haciendo, nadie más podría haberlo hecho por nosotros. Hemos sido una mayoría contundente, responsable y, por sobre todo, transformadora. Chile es hoy un país mucho mejor que el que recibimos.

Yo se que a muchos no les gusta que sea esta coalición la que haya logrado tanto. Pero nadie puede negar esta verdad: Chile ha progresado en todos los ámbitos en estos 18 años.

Por eso no deja de sorprenderme que algunos insistan en crear la impresión de que el país se encuentra erosionado por irregularidades. Esta es una forma de hacer política a pequeña escala y que busca dividendos electorales, pero que además le hace daño a Chile, a su imagen nacional e internacional y a sus perspectivas.

Y yo quiero decirlo con claridad. Chile es un país decente. Chile tiene sólidos cimientos en materia de moral funcionaria y no sólo lo decimos nosotros- alguien podría decir qué gracia tiene- también lo señalan todos los rankigs internacionales. Así nos ve y nos conoce el mundo y así somos.

Quiero que todo Chile lo sepa. Jamás voy a claudicar en mi función de cautelar el dinero de todos los chilenos y el buen nombre de nuestro país.

Jamás voy a aceptar que alguien intente aprovechar nuestro prestigio para fines reñidos con la moral pública. Ustedes me eligieron para encabezar los cambios que Chile necesita y seré la garante de la probidad pública.

En estos dos años el país ha seguido fortaleciendo las bases institucionales de la transparencia y la probidad a través del envío de leyes y el impulso de novedosas iniciativas administrativas. Tenemos una agenda de probidad en trámite legislativo y que debiéramos aprobar este año, y que constituye un marco jurídico de hierro para frenar cualquier brote de corrupción.

Por eso nos preocupa que algunos sectores utilicen políticamente este tema para pavimentar sus aspiraciones políticas, exagerando las cosas, tensionando las instituciones y creando la sensación que Chile vive en un estado de corrupción generalizada.

Como Presidenta tengo muy claras mis obligaciones y sepan ustedes que jamás aceptaré hechos irregulares. Estamos aquí para conquistar más justicia, más oportunidades y para derrotar todo tipo de discriminaciones y nada ni nadie nos va a desviar de este camino y ese seguirá siendo nuestro norte. No bajaremos la guardia ni claudicaremos en esos objetivos y haremos todas las modernizaciones del Estado necesarias para tener más y a la vez mejor Estado.

Hago un llamado entonces a que pensemos en Chile, en que cuando discutamos y debatamos busquemos mejor país, mejor Estado. Cuidemos también el lenguaje y la conducta política. Creo que la ciudadanía espera eso de todos los dirigentes políticos.

Señalaba hace apenas unos momentos y creo que fue la mejor manera de celebrar este 11 de marzo del 2008, tuve el honor de firmar el decreto promulgatorio de la reforma previsional, la más importante y tal vez de mayor envergadura de las últimas décadas en el campo social.

¡Cómo no estar contenta y a la vez orgullosa!

Porque en menos de dos años, hemos ido uno a uno cumpliendo exigentes transformaciones que asumimos ante los ciudadanos.

Ustedes recordarán que ese 21 de mayo de 2006, en el primer discurso ante la nación yo señalaba cuatro grandes ejes estructurales. El primero decía igualdad para nuestros abuelos, nuestros adultos mayores, hablaba de la reforma previsional.

El segundo era igualdad desde la partida. Cómo nos hacíamos cargo de esa desigualdad que partía desde la cuna y hablábamos de reforma a la educación.

El tercera era cómo en todo lo que hacemos incluimos una política de dignidad, de calidad de vida, y por eso señalábamos que queremos no sólo una política de más casas, sino de viviendas de mejor calidad, más amplias y además en entornos seguros, amigables, en barrios más adecuados y por eso hablábamos de una nueva política habitacional, pero además urbana que mirara el país y la ciudad como un todo y en base a eso definiéramos las políticas de vivienda y también hablábamos de la necesidad de apoyar este Chile que quería surgir, que quería emprender, que junto a aquellos que ya les había ido bien en este país que había aportado una exportación y un crecimiento económico apoyáramos a aquellos que aún tenían ganas de surgir y por eso hablábamos de cómo teníamos que sumar al esfuerzo al emprendimiento de aquellos que querían surgir al esfuerzo también por mayor innovación en los grandes cargos, en los grandes desafíos del mundo actual y contemporáneo.

Y qué es lo que hemos hecho a dos años de gobierno.

Nos comprometimos cuando hablábamos de reforma a la educación y previsión a sentar las bases de un sistema de protección social, donde de lo que estábamos hablando era del tipo de país en el cual queríamos vivir, en el tipo de sociedad que queríamos consolidar y hablábamos que queríamos un tipo de país y una sociedad donde el Estado no fuera subsidiario, no fuera asistencialita, sino que fuera un Estado que pudiera garantizar derechos sociales a cada uno de sus hijas e hijos por el solo hecho de ser parte de esta patria llamada Chile. Y eso es lo que llamamos un sistema de protección social.

Y digo esto porque la reforma provisional, por lo importante que es en su propio mérito, de ser capaces de brindar mejores condiciones de dignidad y de calidad a nuestros adultos mayores no es un hecho aislado, tiene que ver con el tipo de país y el tipo de sociedad que estamos construyendo. Tiene que ver con este concepto de derechos sociales básicos para cada uno de los nuestros y nuestras en nuestro país.

Y por eso que la reforma provisional es un hito tan trascendental en este paso hacia la construcción y consolidación de este sistema de protección social.

¿En qué estamos? En que el sistema empieza a tener forma. Ya no es una abstracción que a veces a algunos les costaba entender de lo que estábamos hablando.

Porque la reforma previsional una vez hoy día promulgada empieza a pagar las primeras pensiones a partir del primero de julio de este año, entregando dignidad al adulto mayor y justicia para muchos chilenas y chilenos.

Yo decía que lo que está detrás de esta reforma a la previsión es valorar cada uno de los que trabajaron a lo largo de toda su vida, es valorar el aporte de muchas mujeres que trabajaron no remuneradamente, pero que estuvieron a cargo de sus familias y sus hijos, es valorar el aporte de muchos abuelos y abuelas que construyeron comunidad, que construyeron nación. Es valorar también el aporte de los jóvenes pensando en cómo ellos pueden ahorrar al futuro y además apoyar para que puedan generarse empleos.

Es decir, es valorar dignidad, es valorar justicia, es valorar el aporte de cada uno de nosotros.

Chile valora el aporte de todos a la sociedad y ése es el mensaje que deja esta reforma.

El Plan Auge, que ofrece garantías en salud con su vocación universal y perspectiva de derechos. Esta concepción de una sociedad que garantiza derechos, a cada uno de sus hijos sin duda que se refleja en la reforma a la previsión, pero aparte como concepción en lo que fue la idea de la reforma a la salud del Plan Auge, en lo que fue también el seguro de cesantía donde quiere garantizar derechos a las personas cuando están enfrentadas a situaciones de tremenda incertidumbre como la enfermedad y la pérdida del empleo y todo va en esa vocación y perspectiva de derechos.

Se extiende a todo Chile exitosamente, y en el caso del Plan Auge se prepara para aumentar aún más las coberturas de nuevas patologías.

Hay un inmenso salto en materia de infraestructura hospitalaria, equipamiento, nuevos consultorios, nuevos centros de salud comunitario y modelos de atención familiar en todo el territorio. Chile tiene hoy mejor salud que al inicio de mi gobierno y eso es un verdadero orgullo.

Hemos dicho que queremos una sociedad que garantice derechos sociales, que seamos capaces de combatir la desigualdad que en nuestro país tiene múltiples expresiones. Desigualdad en la distribución socioeconómica, desigualdad de género, desigualdad de distribución territorial, desigualdad si uno es parte de una etnia o no lo es, desigualdad por edad porque las oportunidades no son las mismas cuando se es joven o cuando ya hay juventud acumulada, como hemos dicho.

Pero tenemos claro además que la desigualdad parte desde el inicio, parte de los primeros días de vida y es por eso que la infancia ha sido una prioridad tan importante en mi gobierno, porque si queremos luchar contra la desigualdad tiene que ser desde la cuna y por eso está el programa Chile Crece Contigo, en todas las comunas de Chile, entregando orientación, asistencia y cuidado a decenas de miles de embarazadas, madres, padres, e hijos.

Hemos creído con mucha fuerza esa hermosa frase de nuestra insigne poeta Gabriela Mistral, que decía que el futuro de los niños es siempre hoy y que el futuro de los niños no puede esperar y por eso es que también para garantizar igualdad de oportunidades y de desarrollo desde pequeñito, para garantizar que nuestras mujeres -un tercio de nuestras jefaturas de hogar están a cargo de una mujer- puedan tener más oportunidades es que le dimos tanta fuerza y continuaremos a lo largo de todo nuestro gobierno con esto es la educación inicial y por eso es que pese a que algunos no han valorado lo que significa es que yo me siento tan orgullosa de que hemos construido más de 1700 salas cuna públicas y gratuitas en dos años.

Porque en la línea de entregarle a nuestros niños, que a lo mejor han nacido en familias que han tenido dificultades, que no tienen todo lo que pueden ofrecer a sus hijos, a nuestros niños un presente y un futuro mejor. Y esa cifra nos enorgullece porque en dos años hemos construidos más de lo que se construyó en 35 años en nuestro país. Y esta es una apuesta clara de que nos importa crear igualdad oportunidades a todos desde la más temprana infancia.

Y por cierto, está el esfuerzo en el trabajo decente y en fortalecer el diálogo social. En pocos meses tendremos las conclusiones del Consejo, así llamado, de Equidad. Que le hemos pedido que proponga nuevos instrumentos que, por un lado, fomenten equidad en las relaciones laborales, la seguridad de los trabajadores, pero a la vez la competitividad de un país que requiere seguir creciendo en la economía. Como también a nivel de, trabajo somos capaces de combinar mayor crecimiento y mayor justicia social, mayor crecimiento y mayor equidad, mayor crecimiento y mejores condiciones de empleo y salario para nuestros trabajadores.

Nos comprometimos también a sentar las bases de una nueva política de ciudad. Esto ha implicado mejores barrios, mejores entornos, más deporte, más cultura en los barrios. Que las viviendas sean de calidad. Que el espacio al interior del hogar, que la intimidad y la privacidad, que el segundo o el tercer dormitorio en una casa, sean una realidad.

Y la verdad es que yo me he sentido tremendamente contenta de poder compartir con tantas familias la Nueva Política Habitacional que comienza a expresarse en las primeras viviendas en todo Chile. Da orgullo ver las caras de alegría y esperanza de quienes las reciben. Algunos con dos dormitorios, algunos que además de los subsidios de construcción de viviendas sociales, de inmediato aplican subsidio de ampliación y quedan de inmediato con un tercer dormitorio. La verdad es que la esperanza de quienes la reciben es porque saben que allí encontrarán un lugar digno, donde desarrollarse plenamente junto a sus familias.

Lo mismo con la cultura y el deporte. Hemos llegado con la cultura a las comunas y los barrios. Hemos llegado con más deporte a cada pueblo, a la vez que estamos haciendo una tarea que teníamos pendiente hace muchos años. Nos estamos poniendo al día en estadios e infraestructura deportiva como no se hacía desde el Mundial del 62. Aquel que tenía incluso un rock and roll que lo recordaba.

No quiero dejar de recordar que la reforma al sistema de transporte de Santiago comenzó muy mal. Hubo errores, qué duda cabe. Pero ¿qué vemos hoy? Que como siempre enfrentamos los problemas y trabajamos en las soluciones. Y el sistema mejora día a día, en beneficio de los millones de santiaguinos. Y no vamos a dejar de trabajar hasta que contemos con un sistema de transporte público en la Región de Metropolitana digno de lo que se merecen nuestros queridos habitantes de la región.

Nos comprometimos también a realizar una profunda transformación en la educación chilena. Y lo estamos haciendo.

Es cierto, durante el gobierno del Presidente Aylwin se hizo una gran reforma a la educación, una educación pública que estaba prácticamente en el suelo, y que logró levantarse y que durante todos estos años de democracia cuando uno va a distintos lugares del país, tal vez el establecimiento más moderno, más adecuado es el colegio. En los lugares más alejados de Chile me ha tocado ver colegios que a uno lo llena de orgullos, porque ahí nuestros niñas y niños, niños indígenas, nuestros niños rurales, pueden tener condiciones dignas y decentes para poder estudiar.

Hicimos una gran reforma, pero sin duda el país crece, los desafíos son enormes. Y hoy día la reforma educacional que hemos llevado adelante tiene otro sello. Ahora ya no basta más cobertura, ahora ya no es suficiente mayor infraestructura y de mayor calidad. Ahora la gran tarea, el gran desafío, es asegura educación para cada uno de nuestras hijas e hijos a lo largo del país, entendiendo la diversidad de nuestra geografía, las dificultades.

Pero eso es lo que claramente lo que nos va a permitir entregarles perspectivas y futuro a nuestros niños. Y lo estamos haciendo. Hemos dado un salto gigantesco en recursos para las escuelas y los alumnos que más lo necesitan. Más de 800 millones de dólares adicionales hemos inyectado al sistema a través de un aumento en la subvención escolar y la ley de subvención preferencial que han empezado a pagarse este año.

Pero hay mucho más. Hemos mejorado infraestructura, reparado casinos, baños y camarines en todo Chile. Hemos mejorado la dieta alimenticia, mejorado sus condiciones, pero hemos hecho más. Cumpliremos un compromiso que asumimos con los estudiantes: Derogaremos la LOCE y esperamos aprobar pronto la nueva Ley General de Educación y también la Superintendencia de Educación, que velen por la calidad para todas las niñas y niños de nuestra patria, que velen por la eficiencia, eficacia y efectividad en el uso de los recursos y sobre todo, en integración en justicia y equidad de todos nuestros alumnos.

Queremos dar un salto al desarrollo, pero desarrollo que no sea para unos pocos sino que desarrollo que sea integrador, que amalgame el esfuerzo de todos los chilenos, pequeños, medianos y grandes empresarios, empleadores y trabajadores, en un solo gran propósito: hacer crecer a Chile, renovar su fuerza creadora y proyectarse hacia el futuro.

Chile es hoy un país creíble y confiable, que ha soportado las turbulencias internacionales, precisamente, gracias a nuestra aproximación audaz, moderna pero a la vez responsable de las finanzas públicas.

Y desde un comienzo también, y lo señalaba como ese cuarto eje estructural, dimos un impulso a las PYMES. Son innumerables las leyes y programas que han beneficiado a este sector, entre otros, el programa Chile Emprende y toda una batería de instrumentos. Es hora de dar un paso más allá, aprobar el estatuto PYME, de manera de facilitarle la vida a los pequeños y medianos emprendedores. La rebaja del impuesto a los combustibles y el impuesto de timbres y estampillas, que va a permitir efectivamente mejores condiciones para emprender.

Porque es allí donde nos jugamos el futuro de Chile, el empleo de calidad para todos, el crecimiento que sostendrá nuestro programa social y sobre todo, allí es donde brindaremos más oportunidades a los chilenos porque estaremos aprovechando de mejor manera esa creatividad y empuje de nuestra gente.

Porque una economía más dinámica, competitiva e integradora es esencialmente un objetivo progresista, que entre todos debemos impulsar. En este esfuerzo, la política pública y el Estado tienen un rol clave que jugar: promoviendo la innovación y la tecnología, construyendo infraestructura para la competitividad, apostando a las vocaciones productivas regionales, corrigiendo fallas de mercado, promoviendo la competencia y combatiendo los monopolios.

Es decir, un enfoque moderno y progresista al crecimiento, al desarrollo sustentable, que no consiste, sin duda, en jibarizar el Estado como quieren algunos. Por el contrario, para todo esto necesitamos más y mejor Estado.

Hace pocos meses me correspondió promulgar la ley que entrega un beneficio tributario para la investigación y desarrollo.

Hemos invertido en proyectos de innovación por todo Chile. Hemos multiplicado los montos y el número de becarios al extranjero. Hemos construido puentes, caminos, embalses, muelles, rutas turísticas, todo aquello pensando en aquellos nichos productivos que requieren atención especial del Estado.

Hoy quiero que también asumamos el compromiso de aprobar, de una vez por todas, el proyecto de ley que crea el Fondo de Innovación para la Competitividad, que irá en apoyo de las regiones y del desarrollo de nuestro país.

Pero no sólo eso. Hay toda una batería de leyes en el parlamento que debemos acelerar. Y será, señores parlamentarios que hoy día nos acompañan acá, prioridad de estos meses lograr que estos proyectos avancen y encuentren un horizonte de aprobación que dé certeza y claridad respecto de su aplicación.

Yo decía que necesitamos un mejor Estado para todas las reformas que tenemos por delante. Es prioridad reimpulsar el proyecto que perfecciona y amplía el sistema de Alta Dirección Pública, sistema que ha funcionado muy bien y que por lo mismo, el país espera que se extienda aun más.

Avanzaremos en un sistema ambiental moderno y eficiente, y persistiremos en nuestros esfuerzos por dotar a Chile de una matriz energética estable, segura y eficiente.

En síntesis, por mencionar algunos temas, porque podríamos estar muchas horas mencionando enorme cantidad de proyectos y prioridades, en cada uno de los temas que estaremos llevando por delante, por un lado colocaremos la calidad y la dignidad de las personas. He señalado siempre que en todas nuestras políticas públicas lo que tiene que estar de fondo es la dignidad de las personas. Y lo segundo es que en cada una de nuestras políticas públicas, además de grandes políticas nacionales, tenemos que pensar en la realidad, y tenemos que mirar cómo ajustamos los sistemas a las personas y no las personas a lo sistemas. Porque eso lo hemos visto desde los problemas del transporte público a, por ejemplo, instrumentos que sirven muy bien para personas que tiene toda su situación regular, pero no así para muchos chilenos que no tiene título de dominio y por lo tanto beneficios que el Estado tiene no se le pueden entregar.

Tenemos recursos, tenemos ganas, tenemos convicción, tenemos compromiso, tenemos que mirar cómo podemos ser cada día más efectivos en nuestro accionar para ir en pos de un Chile más justo y más digno, y realmente el Estado ser amigo, socio del que quiera emprender, pero que acompaña, acoge y protege a aquel que necesita ser protegido y un mayor apoyo.

Amigas y amigos,

Creo que todos los que estamos compartimos que han sido dos años, por un lado, intensos y que hemos enfrentado no pocas complejidades. Pero hemos tenido, a la vez, una firme voluntad de profundizar los logros de estos años.

La gente quiere que la política en Chile esté a la altura de una sociedad que cada día es más crítica y más exigente. Una sociedad producto de la propia democracia que nosotros mismos hemos impulsado con todo compromiso y fuerza.

Por lo tanto, amigos y amigas, no hay espacio para la complacencia ni tampoco para la irresponsabilidad. Son altas las expectativas de los ciudadanos y son exigentes las tareas del país.

Y yo espero que todos y todas las fuerzas políticas estén a la altura de lo que nos demandan nuestros compatriotas.

Aspiro a que la política sea mejor al término de mi gobierno.

Chile, decía yo, es muchísimo mejor, en todo sentido, que a inicios del año 1990. Es país más libre y más próspero, pero también más solidario y con más oportunidades para todos. Pero no basta, tenemos que hacer más y tenemos que perseverar en este camino.

Debemos consolidar el sello social de este gobierno con reformas como la que acabamos de promulgar, pero además con un desarrollo acelerado de todo el sistema de protección. Porque ya decía: esto no es un shopping list, no es una lista de compras que uno lleva al supermercado y que va haciéndole tic cada vez cumple. Esto nos habla de algo mucho más profundo. No está hablando del tipo de país, del tipo de sociedad en la que nosotros queremos vivir, nuestros hijos y nuestros nietos también. Un país que efectivamente que asegure derechos sociales a sus hijas e hijos.

Y para ello hay muchas tareas que tenemos por delante. Acelerar el paso en materia de crecimiento económico.

Construir una democracia más ciudadana y participativa, más cercana, sin discriminaciones, con la inclusión de todos.

Y yo creo que hay fundamentos para ser optimistas sobre el futuro de Chile. Y quiero señalar que me siento honrada de estar en la Presidencia de la República en esta etapa llena de posibilidades. Porque nuestros hijos y nietos, sin duda, recibirán un Chile mejor y eso es lo más importante.

Estamos seguros que trabajando con la energía, con la pasión, con el compromiso, por un Chile más solidario, por un Chile lleno de libertades, por un Chile que entregue oportunidades para que los sueños y anhelos puedan no sólo volar y desarrollarse, sino concretarse. Por un Chile en el cual todos nos sintamos parte de él. Ese Chile que incluya, que no discrimine, que no segregue, ese Chile de verdad, un Chile de todos, ese el Chile por el cual esta Presidenta, mi Gobierno, y toda la Concertación seguirá haciendo sus máximos esfuerzos en los dos años que están por venir. Porque como yo siempre he dichos: para eso vale la pena ser Presidenta de Chile, para eso queremos seguir siendo una opción política de gobierno, porque creemos que es la Concertación quien garantizará que nuestros hijos e hijas puedan tener y vivir en un Chile mucho mejor. Chile puede y este gobierno seguirá trabajando por todos ustedes.

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