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Exposiciones: cuando el arte se ocupa de la felicidad .Exposición en el Museo de la Higiene de Dresde

 

Exposiciones: cuando el arte se ocupa de la felicidad

 

Un camino de rosas rojas conduce hacia el jardín de la felicidad, sentimiento que da nombre a la exposición actual del Museo de la Higiene de Dresde. ¿Cuál es la fuente de la felicidad? 400 obras buscan una respuesta.

 

"Felicidad, qué felicidad" se extiende a lo largo y ancho de siete salas en el Museo de la Higiene de Dresde. Desde la antigüedad hasta el presente, el enigma de la felicidad ha desafiado a los hombres. Y pese a que tantos personajes brillantes y seres vulgares dedicaron su energía a resolverlo, sigue siendo éste una incógnita carente de respuesta.

 

 

 

Tampoco en Dresde se ha logrado dar con la clave que soluciona el jeroglífico de lo que nos hace felices. Quizás, no sea más que la contemplación de la obra "El Beso", de Rodin. Tal vez, baste un paseo por un museo para ser feliz.

 

 

 

En estadio experimental

 

 

Pero quien acuda al Museo de la Higiene de Dresde con la intención explícita de encontrar la felicidad en sus paredes y pasillos puede verse terriblemente decepcionado. La exposición no aspira a proporcionar ningún sentimiento de plenitud, sino que se trata únicamente de un recorrido por las versiones pasadas y presentes de la felicidad: su concepción, sus ideales, sus fuentes.

 

 

 

Amor, placer, heroicidad y belleza, como posibles sensaciones de las que brota la felicidad, son algunos de los temas a los que se dedica el acto. De la desdicha, el dolor y la pérdida, como las dos caras de una misma moneda, tampoco se olvida de hablar la exposición. "De la conciencia de la felicidad también forma parte la aceptación de la desgracia", comenta la curadora Claudia Banz.

 

 

"La idea de la felicidad continúa hoy en un estadio experimental", asegura Banz, que ha pasado más de año y medio preparando el evento, "de facto, no hemos avanzado mucho en 2000 años de interpretaciones por parte de la religión y la filosofía". Las lecturas, las conferencias y las discusiones paralelas a las obras de arte han de contribuir a verter algo de claridad en tan existencial causa.

 

 

 

 

 

La felicidad no se explica

 

 

 

Más allá de los temas a los que "Felicidad, qué felicidad" presta atención, una cosa les quedó clara a los organizadores: la felicidad no se deja categorizar. Siete temas: amor, comida, deporte, neuronas, música, cuerpo y fortuna ayudan al diseño de las salas del museo, pero poco más.

 

 

 

"No queremos explicar la felicidad simplemente porque no podemos", dice Banz entre los sonidos de canciones y piezas musicales, entre las antiguas esculturas egipcias, las imágenes de dioses indios de la felicidad, los cuadros y las fotografías. Entre los vídeos que muestran accidentes de coches u operaciones de cirugía estética. Todo ello es felicidad y es infelicidad. Todo ello configura una gran ansia, una incógnita que ha vuelto locos a hombres sabios, y también a los burdos.

 

 

 

 

 

Luna Bolívar/ Agencias

 

Fuente:Deutsche Welle

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