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Senador Kuschel dice que llegó la hora que la ciudadanía entregue la responsabilidad de se ser gobierno a la Alianza.

Senador Kuschel dice que llegó la  hora que la ciudadanía entregue la responsabilidad de se ser gobierno a la Alianza.

Senador Kuschel dice que es la hora que la ciudadanía entregue la responsabilidad de  ser gobierno a la Alianza.Además señaló que en el sur se vive de inauguraciones y promesas como el tren al sur y el puente Chacao. 

Senador Carlos Kuschel,

La Alianza ha efectuado una oposición constructiva, responsable, positiva, a veces incluso blanda.

 

Día por medio y según como amanezca el ánimo, el gobierno nos felicita o nos critíca, nos invita o nos rechaza. En un régimen presidencial como el que tenemos, el poder ejecutivo controla sin contrapeso la actividad política y lo que se llama la agenda.

 

La lista de acuerdos con el gobierno es muy larga, sobre casi la totalidad de los temas políticos, públicos de gobierno.

 

En las últimas semanas se han alcanzado acuerdos muy relevantes y de gran potencial en educación, seguridad ciudadana y previsión. Si se revisa con cuidado las votaciones en la Cámara de Diputados y en el Senado, estimo que el 95% de los proyectos de ley es aprobado por unanimidad. Tal vez incluso hay demasiada unanimidad.

 

A pesar de sus discursos, la Concertación mantiene un espíritu bastante totalitario, como si quedaran rastros del marxismo leninismo.

 

Los hechos de corrupción que se han analizado en las Comisiones Investigadoras de la Cámara nunca han llegado a resultado ni sanción apropiada porque la mayoría política ha encubierto, ocultado, acallado y defendido situaciones que han desacreditado a toda la política chilena.

 

Pero en las líneas gruesas y desde lejos, desde el extranjero el proceso y camino político chileno se ve muy bien, estable, equitativo, positivo, generoso y justo.

 

A la distancia no se aprecia el rol de la oposición, el análisis que se hace en las comisiones políticas, en los consejos generales, regionales, distritales y comunales.

 

Como oposición hemos vivido con igual o mayor dramatismo los graves momentos por las que ha pasado nuestra institucionalidad cuando se la ha forzado. Recuerdo con fuerza el MOP-GATE y varios otros episodios en que se adoptaron políticas de Estado ante daños y situaciones de la mayor gravedad.

 

En el sur hemos sufrido las formales promesas e inauguraciones del Puente Bicentenario (con bautizo), del Plan bicentenario, del Ferrocarril a Puerto Montt inaugurado de estación en estación cinco días antes de la elección presidencial y de múltiples actos de intervencionismo electoral en los municipios, en deportes, en la pesca artesanal, en la pequeña agricultura, en las ayudas sociales, en los planes de empleo, en los programas de capacitación.

 

¿Pero hay que estar quejándose siempre, recordando? ¿Qué se puede hacer cuidando nuestro propio nido?

 

Nuestra oposición ha sido la mejor que nuestras capacidades y conocimiento nos han permitido.

 

Se ha hecho con patriotismo y generosidad. Con cuidado para no dañar y alejar aún más a los jóvenes de la política.

 

Pero ya es la hora que el electorado de nuestro país entregue la responsabilidad de hacer un mejor gobierno a la Alianza por Chile.

 

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