La tecnología al servicio del hombre.Nos ayuda si tenemos alguna discapacidad

 

La tecnología al servicio del hombre.Nos ayuda si tenemos alguna discapacidad

Autónomos gracias a la tecnología.

 

Estefanía Pérez

 

La conocida como Ley de la Dependencia reconoce el derecho de los ciudadanos a recibir una atención por parte del Estado cuando no puedan valerse por sí mismos al llegar a la vejez o como consecuencia de un accidente o enfermedad. Pero, ¿por qué no ir más allá del soporte a la dependencia? La tecnología inalámbrica permite ya a personas que sufren grados severos de discapacidad recuperar una parte muy importante de su autonomía. Abrir una puerta, encender la televisión o la luz del salón puede dejar de ser una tarea imposible.

 

Todo ello gracias a la tecnología de control de entorno, basada en la informática portátil, la electrónica de consumo y la comunicación sin hilos. B&J Adaptaciones, empresa que fabrica y distribuye soluciones de control de entorno para discapacitados, y Toshiba llevan desde el año 2003 trabajando conjuntamente en proyectos de este tipo.

 

Un año antes, en 2002, Joaquín Romero, Arquitecto Técnico, afectado de esclerosis múltiple, decidió fundar B&J Adaptaciones junto a su hermano Borja. El objetivo era mejorar mediante la tecnología la calidad de vida de las personas con discapacidad. "Con la tecnología de control de entorno se invierte en la autonomía del usuario", remarca Romero.

 

Así, Toshiba fue socio tecnológico del primer piso piloto para personas discapacitadas, junto con Aspace, B&J Adapataciones y la UPC. También junto a B&J, la compañía ha colaborado con la Fundación para la rehabilitación del lesionado medular en Valderribas o el CEAPAD de Madrid. Aunque entre todos estos proyectos destaca el Hospital Nisa Auguas Vivas de Valencia, donde un piso piloto domótico permite avanzar en la recuperación de afectados de daño cerebral adquirido desde el primer día de su ingreso y facilitar así su inclusión en la vida social y familiar. "No conozco ningún centro donde, durante el ingreso, ya se inicia la rehabilitación del afectado", señala Romero.

 

Los enfermos aprenden a desarrollar las tareas más cotidianas de su vida con un alto grado de independencia

Este piso está compuesto de cinco estancias, dormitorio, baño, cocina, salón de estar y despacho, donde se han recreado múltiples escenas de la vida real de una persona. En él, los enfermos van aprendiendo a desarrollar las tareas más cotidianas de su vida con un alto grado de independencia. Este aprendizaje funciona al mismo tiempo como terapia de rehabilitación de la enfermedad y como fórmula para conseguir la autonomía necesaria para poder integrase a la vida social con garantías.

 

Tecnología totalmente adaptada

 

Actualmente se producen en España aproximadamente más de 15.000 traumatismos craneoencefálicos graves o muy graves, cuya causa principal son los accidentes de tráfico. Estos traumatismos provocan importantes secuelas motoras o cognitivas en personas muy jóvenes. En muchos de estos casos, las tareas más sencillas (abrir la nevera, encender un ventilador, asearse...) serían metas imposibles sin la tecnología de control de entorno, que además se puede instalar en el domicilio del afectado.

 

Pero, ¿cómo se le devuelve la autonomía a una persona que tiene paralizada prácticamente la totalidad de su cuerpo? La clave del sistema es el mando de control que, a través de la tecnología de infrarrojos, puede centralizar las funciones del mando de la televisión, por ejemplo, así como ser el mecanismo que acciona la apertura de puertas o persianas, entre muchos otros. La otra parte del sistema son los receptores de la señal que emite el mando de control, siendo necesario un receptor para cada función.

 

De todas formas, cuando una persona ni siquiera puede mover sus brazos y piernas puede parecer difícil que el control de entorno le vaya a devolver la autonomía. Pues bien, es posible. Los conmutadores, es decir, los mecanismos o pulsadores mediante los cuales se acciona el mando de control pueden ser diversos. Desde los pulsadores tradicionales, que se activan con la mano o con el pie, hasta los conmutadores de aspiración y soplido, y los que se activan con la lengua, el mentón o la mejilla.

 

En definitiva, cada paciente y usuario del sistema de control de entorno encontrará una tecnología totalmente adaptada a sus necesidades y limitaciones motrices al servicio de su calidad de vida.

 

Fuente:www.noticias.com

Escrito por el 22/08/2007