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El pan: mitos y realidades

El pan: mitos y realidades

 

El pan es uno de los alimentos más antiguos del mundo. Lo llevamos comiendo por miles de años y aunque con el tiempo se ha ido modificando debido a la tecnología, éste no ha perdido su originalidad.

 

El pan es un alimento simple que se prepara cociendo una masa fermentada de harina (generalmente de trigo), agua, sal y levadura. Siendo éstos los cuatro típicos ingredientes del pan, hay cientos de variaciones del mismo incluyendo los que contienen azúcar y grasa.

 

Durante años las dietas para adelgazar nos aconsejaban eliminar absolutamente el pan por ser una fuente calórica capaz de hacernos subir rápidamente de peso. Según decían los expertos, "alimentaba poco en relación a lo que engordaba" y convenía, por lo tanto, evitarlo a toda costa.

 

Sin embargo, hoy en día puede ser una buena alternativa para incorporar fierro y vitaminas a la dieta. La razón es muy simple: el antiguo pan ha dado paso a otro enriquecido, al cual se le añaden variados nutrientes. Esto porque desde el año 2000 que el ministerio de salud legisló para que a las harinas de panificación se enriqueciera con fierro y vitaminas. Gracias a ello, muchos niños que antes nacían con daños en el sistema nervioso que podían llevarlos incluso a la muerte, serán sanos. Al mismo tiempo aparentemente sería posible evitar otras malformaciones congénitas, entre ellas el conocido labio leporino y algunas cardiovasculares

 

Por lo tanto, el pan además de ser una fuente energética importante, aporta nutrientes y siempre será beneficioso mientras se mantenga un consumo balanceado, se prefiera aquellos panes ricos en fibra y que su acompañamiento no sea excesivamente calórico.

 

Para esto puedes seguir algunas indicaciones:

 

- Evita comer el pan solo ya que se absorbe rápidamente a través del aparato digestivo y no es recomendable para tu salud si lo haces de forma habitual.

 

- La versión integral del pan, por tener fibra, hace que la absorción (digestión) sea más lenta. Si puedes escoger entre pan blanco y pan de grano integral, opta por el segundo,  produce mejor sensación de saciedad y tiene un efecto distinto a nivel de metabolismo en hidratos de carbono, lo que favorece el tránsito intestinal.

 

- Trata de que el consumo de pan no exceda a 150 gr, o cuatro a cinco rebanadas al día. Y recuerda que siempre es mejor que forme parte de tu alimentación en la forma de un sándwich o acompañante y no solo, ya que podrías comerte el pan completo.

 

- Es muy importante lo que se le pone al pan, muchas veces entrega más calorías lo que va sobre el pan que la misma rebanada de pan. No es lo mismo poner quesillo que queso o mantequilla que palta natural.

 

- Es recomendable corregir el pésimo hábito de comerlo con el almuerzo y con la cena. Ya que terminamos reemplazando alimentos importantes para nuestro organismo por el consumo de pan.

 

 

 

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