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Cine francés:Una Palma y dos decepciones

Una Palma y dos decepciones

por Julio Feo

 

Escena de "Entre les murs" (Entre las paredes) película francesa dirigida por Laurent Cantet, Palma de Oro del Festival Internacional de Cannes 2008.

 

“Un cuento de navidad” de Desplechin gustó mucho a la prensa francesa, que la daba incluso –gran error- como favorita a una Palma de Oro. La crítica internacional, así como el jurado  presidido por el actor y director americano Sean Penn, no adhirieron en cambio a esta nórdica y literaria película francesa, con un reparto de actores  conocidos y de calidad, lo que no es suficiente para crear esa alquimia que va de la credibilidad a la emoción en el celuloide.  El relato está inspirado en una novela  de Jacques Asher titulada "El trasplante", entre psicoanalisis y biología.

 

“Un cuento de navidad” es en cierta manera una especie de anti-Cht’is, ese gran éxito popular de Dany Boon (que ha superado al "Titanic" en taquilla) y su región  nórdica, cómica, risueña y agridulce. El de Desplechin es un norte intelectual, torturado, literario que relata la historia de una familia desgarrada que encuentra un pretexto en la enfermedad para reencontrarse un día de Navidad.  

 

“La frontera del Alba”, del veterano director Philippe Garrel, interpretada por su hijo Louis Garrel y por la joven Laura Smet, hija de Natalie Baye y Johnny Halliday, fue la segunda decepción de la selección francesa.  Philippe Garrel es uno de esos cineastas radicales, que busca su inspiración en Godard o en Bresson, y que  divide inmediatamente a la opinión entre los que le adoran y los que le detestan. Otro tipo de cine de autor francés, pero muy diferente del de Desplechin. Las imágenes bellísimas, en blanco y negro, de “La frontera del alba” son como una declaración de principios de Philippe Garrel, que defiende un cine anclado en el tiempo. La historia de amor entre un joven fotografo y una actriz casada le sirve para hablarnos de ese dilema entre el amor  apasionado, el amour fou, o la vida apacible y familiar de la pareja.

 

Y por fin llegó “Entre les murs”. Tras dos decepciones, llegó la Palma, destronando en el último instante a las favoritas. Laurent Cantet estudió cine en Marsella y después en el IDEHC de París. Su ópera prima “Recursos humanos” fue recompensada en los premios Cesar del cine francés en 1999, y aplaudida en numerosos festivales. Una obra de contenido social y sobria emoción sobre el mundo de la empresa. En Cannes fue seleccionado en 2001 con “El empleo del tiempo”, un brillante papel para Aurélien Recoing al contar la increíble  y verídica historia que acabó en tragedia, de un hombre que se construyó una doble vida de falso médico y engañó a su propia familia. En 2005 presentó en Venecia su anterior largometraje “Vers le sud” (Hacia el sur), con Charlotte Rampling, donde abordaba el tema del turismo sexual.

 

No esconderé que los cinéfilos esperábamos con impaciencia este su cuarto largometraje de ficción sobre el tema de la escuela. “Entre les murs” ("Entre las paredes", título aún no definitivo; en inglés se lo conoce como: “The Class”). Y nuestra espera en Cannes fue recompensada con una película de una fuerza inusitada, de controlada emoción y buen sentido del humor. Todos los ingredientes para hacer de ella una buena y merecida Palma de Oro. Uno  de esos premios  que saben reconciliar a la crítica más exigente con el más amplio público; aplaudido por la crítica, que sabe ver el rigor de su realización, y por un amplio público, que descubrirá al mismo tiempo una obra lúdica e instructiva sobre un tema de candente actualidad en la sociedad francesa.

 

El cine francés, cuyas dos últimas Palmas de Oro habían sido para "Un hombre y una mujer" de Claude Lelouch en 1966 y, en 1987, para la controvertida "Bajo el sol de Satán" de Maurice Pialat, se alzó  por fin con una merecida e indiscutible Palma de Oro gracias a Laurent Cantet, que entra así en el panteón de los grandes con “Entre les murs”.

 

Fuente:radio france internationale

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