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Las Pyme se quedan sin combustible

Las Pyme se quedan sin combustible

 

Problemas con la competitividad y fuertes incrementos en el transporte, son las huellas que deja el alza en los precios de los combustibles en las pequeñas empresas; un alza que deviene necesariamente en un aumento de los precios a los consumidores. Los expertos instan a la calma, pero hacen un llamado urgente para crear una cultura de energía eficiente.

 

 

“Si sube el petróleo, sube todo lo demás”, esa es la mejor forma para resumir el efecto dominó que provoca el alto precio del crudo a nivel mundial. Según estimaciones de expertos, éste podría llegar a los US$ 200 dólares por barril dentro de un plazo de dos años.

 

El alza persistente en los mercados internacionales, ha llevado a triplicar su precio en los últimos cuatro años. Situación más que delicada para un país como Chile, que basa su matriz energética en el oro negro y en el gas natural. Según estimaciones de la Empresa Nacional del Petróleo, Enap, en el 2008 el 39% del consumo de energía vendrá del petróleo, mientras que el 33% será del gas natural.

 

Ultra dependientes

 

Pese a que nuestro país goza de una gran estabilidad económica y política, en comparación con el contexto sudamericano, posee escasas reservas de crudo y lo mismo sucede con el gas natural.

 

Chile produce no más del 5% del petróleo que consume y el 20% del gas. Entre 1993-2003, las importaciones del crudo y sus derivados fueron el 10,3% del total nacional. En ese mismo período nuestro país, fue el responsable del 25% del total de las importaciones de este combustible de América del Sur.

 

A partir de 1997, Argentina pasó a ser el gran y único proveedor de gas natural para Chile, destinando a nuestro país el 77% de sus exportaciones del hidrocarburo. Con el transcurso del tiempo y como consecuencia de la crisis, Argentina debió enfrentar el dilema de restringir el consumo interno o reducir los volúmenes de exportación a Chile y optó por esto último.

 

El pariente pobre en materia energética

 

En comparación con nuestros vecinos de América Latina, Brasil y Chile demandan más de la mitad de las importaciones de hidrocarburos de toda la región, sin embargo, son dos realidades distintas. Mientras Chile produce no más del 5% del petróleo que consume; Brasil produce el 75%. Además, el origen del 70% de las importaciones brasileñas proviene de países como Nigeria, Argelia y países del Asia Pacífico; Chile, en cambio, compra un 70% de sus importaciones a otros países latinoamericanos.

 

Por su parte Argentina, que a pesar que sus reservas han venido disminuyendo es, hasta hoy, autosuficiente en petróleo y gas. Mientras que dos países de menor tamaño -Uruguay y Paraguay- no producen petróleo y gas; pero Paraguay es independiente en materia de energía, dada la abundancia de hidroelectricidad con que cuenta.

 

Por su parte, Bolivia, la nación más pobre de América del Sur, dispone de una sobreabundancia de gas natural que le permite atender las necesidades de Brasil, Argentina, Chile y Uruguay.

 

Frente a este panorama, nuestro país es el que más debe luchar frente a sus debilidades energéticas. Una realidad que tiene en estado de alerta a los empresarios nacionales.

 

El costo de la vida sube otra vez

 

La influencia del alto precio del crudo en el mercado internacional seguirá sintiéndose en el bolsillo de los chilenos, así lo pronostican los expertos, quienes sostienen que la proyección del crecimiento para este año bajará considerablemente. Si antes se hablaba de un 4,5% a 5%, con los altos valores para el petróleo, el crecimiento podría llegar al sólo al 2%.

 

¿Pero cómo este fenómeno golpea a las Pyme? Hay que recordar que los combustibles representan el 4% en la canasta básica para calcular la inflación, por lo tanto, las alzas sostenidas en el valor de este insumo, impactan fuertemente en los consumidores.

 

Si analizamos el incremento en los precios de los combustibles, nos encontramos que por la bencina se está pagando entre un 50% y 60% más que hace doce meses atrás. .

 

El diesel también ha subido, tanto o más de la bencina, lo que encarece el transporte y por ende, el precio de los productos que se comercializan en Chile se ven afectados por esta alza, además de los costos de la calefacción para enfrentar este “crudo invierno”.

 

Desde la señora Juanita hasta los industriales

 

No es necesario ser experto en materias económicas para darse cuenta que las pequeñas empresas están sintiendo fuerte el incremento de los combustible. Así lo grafica Verónica Figueroa, dueña de la panadería Los Gordos, de Coyhaique en la Región de Aysén.

 

“Como estamos ubicados en una zona extrema, los precios ya vienen altos. Trabajamos con hornos que funcionan a gas, y esta alza nos ha afectado de forma importante. Acá en Coyhaique yo sé de tres panaderías que debieron cerrar porque no pudieron hacer frente a esta situación. Al menos en mi caso, que sólo llevo tres meses funcionando, empezamos a vender con precios altos y hemos logrado mantenernos”, explica la microempresaria.

 

Difícil panorama que también evidencia el negocio de Eduardo Gallardo, quien se desempeña como transportista escolar en la comuna de Puente Alto, en Santiago. “Consumo 400 litros de bencina al mes y se puede imaginar los costos que he debido afrontar. Recién el mes pasado tuve que reajustar mi tarifa de transporte, sin embargo tampoco me conviene hacer otro reajuste porque pierdo a mis clientes”, sostiene.

 

Cristina Saravia, dueña de la empresa de correo privado Logexs, también ha sentido fuerte los efectos de un precio del petróleo por las nubes. “Aunque no he realizado un estudio sobre el impacto, en términos simples si antes cargaba una camioneta con $15 mil en combustible y me duraba dos días, ahora sólo me dura uno. Y nosotros como somos chicos, no podemos competir con las empresas más grandes como TNT, o ChileExpress que tienen precios más altos. Sin embargo, finalmente deberé traspasar estos costos a mis clientes para poder sobrevivir”, afirma la empresaria.

 

Duros momentos también son los que están pasando en el sector frutícola de nuestro país. Desde la Federación de Productores de Fruta, Fedefruta, explican que a raíz del alza del petróleo han debido afrontar un aumento del costo de la maquinaria y un fuerte incremento en el transporte, lo que encarece finalmente el precio del producto final.

 

Mayores costos que también evidencia Arturo Lyon, presidente de la Asociación Chilena de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas, Asimet. “No tenemos una cifra que dimensione el impacto, pero las alzas de los precios han sido muy altos para nuestro sector”, sostiene.

 

Quien si se atreve a cuantificar el daño es Rafael Cumsille, presidente de la Conapyme. A su juicio, los altos precios del oro negro significan un aumento del 20% del costo operacional de las pequeñas empresas chilenas.

 

El cambio de mentalidad que necesita el sector

 

Un petróleo alto trae un impacto en el crecimiento global, como lo explican los expertos, afectando las decisiones de inversión de las empresas. Pero en este escenario, ¿dónde se ve la luz al final del túnel?

 

Iván Couso, quien se desempeñó como subdirector del Programa País de Eficiencia Energética y actualmente asesora a parlamentarios en la materia, sostiene que la base para enfrentar este sostenido encarecimiento del petróleo es un cambio de mentalidad, que permita mejorar la eficiencia en el consumo de energía tanto a nivel de los hogares como empresas.

 

Y este “cambio de switch” no sólo depende de una decisión personal, sino que también del Gobierno. “Por ejemplo uno no le puede exigir a un panadero que sea un experto en energía; esa es la tarea del Estado, quien debe tener a disposición del panadero un registro de expertos que hagan auditorías energéticas, gente que lo ayude por ejemplo a rebajar costos por problemas de fugas, entre otras materias”, agrega el profesional.

 

¿Y qué rol juegan las asociaciones en este cambio de hábito? En este aspecto, Iván Couso le pide mayor protagonismo a los gremios para enfrentar este tema. “Hay que tomar el toro por las astas, y que estas mismas agrupaciones promuevan un sistema de “autocapacitación”, de especialización. Tenemos que generar una cultura energética, y eso no es sólo rol del papá Estado”.

 

Renovando las soluciones

 

En Chile, la demanda de energía se incrementa y la dependencia que tenemos respecto de los países proveedores no disminuye. Por ello, se hace necesaria la pronta introducción y uso de nuevas alternativas energéticas.

 

El norte de nuestro país ofrece dos importantes fuentes para la generación de energía: los recursos geotérmicos y solares, los que ya han permitido realizar algunos proyectos relevantes. Mientras las posibilidades de poseer una central geotérmica en el sector norte se proyectan recién para el 2010, la energía solar ya es aprovechada en sectores urbanos y rurales para solventar los requerimientos energéticos, tanto industriales como residenciales.

 

Un ejemplo concreto del uso de energías alternativas es la compañía acuícola Marine Faros, ubicada en la Región de Valparaíso. Bajar los costos y aumentar la productividad del sector fue la consigna que movió a Aldo Madrid, su dueño, quien implementó un sistema orgánico ecoeficiente y sostenible de producción. En su línea productiva se utilizan, desde hace dos años y medio, residuos líquidos y sólidos en base a moluscos, y así logra darle vida al centro de cultivo de semillas de abalón.

 

Este sistema le permite a Madrid producir entre un 15 y 20% de la energía necesaria para la producción. Un proyecto totalmente innovador: reduce, recicla y reutiliza. El balance es absolutamente positivo. Además ha permitido un cambio de mentalidad en sus propios empleados. “Hay toda una sinergia entre lo que nuestros trabajadores hacen acá y lo que realizan en sus hogares y transmiten a sus conocidos”, recalca.

 

Una huella ecológica que Madrid espera que llegue a otros empresarios a quienes hace un llamado a tener una marca registrada en base a un uso ecoeficiente de bienes y servicios.

 

En Internet: www.marinefarms.cl

 

Las Pymey las Energías Renovables No Convencionales (ERCN)

 

n el marco tarifario-regulatorio de hoy en día, las energías renovables son en general más caras en su conjunto inversión/operación, que sus contrapartes basadas en combustible fósiles (como el petróleo), por lo que no existe una opción real para su desarrollo a escala. En este punto, Carlos Silva, Director del Centro de Innovación y Energía de la Universidad Adolfo Ibáñez, afirma que el Gobierno debe impulsar cambios en las reglas del juego donde se sinceren las externalidades ambientales, y así permitir una competencia en igualdad de condiciones entre las distintas opciones tecnológicas.

 

El profesional, recalca que por el lado de los productores, sería de interés si los empresarios consideraran diferenciar sus productos a través del contrato con fuentes de ERNC, permitiendo al consumidor elegir unos que contaminen menos en su ciclo de vida. “El Gobierno puede ayudar en esto estableciendo un marco legal, y quizás bajando el límite para clientes libres, permitiendo a más Pymeel negociar con sus proveedores de energía”, sostiene Silva.

 

“Chile tiene un enorme potencial en esta materia. Tenemos densidades récord de energía eólica, geotérmica, mareomotriz, solar, entre otras. Somos el “Arabia Saudita” de las ERNC. Sin embargo, a la mayoría de estas tecnologías les falta un grado importante de desarrollo para ser eficientes y económicamente rentables, y aquí es donde debería entrar con fuerza el espíritu innovador de los empresarios y los programas de fomento del Gobierno”, recalca Silva.

 

El día de la independencia energética

 

“Debemos mirar todo lo posible para no ser dependientes y para mitigar el alza de precios de combustible que se da en todos lados", afirmó hace algunas semanas la Presidenta Bachelet, descartando también una eliminación del impuesto específico a los combustibles bajo su Gobierno. Petición que gremios de diversos sectores habían solicitado.

 

Sin embargo, para lograr esa independencia energética, expertos confirman que se trata de un proyecto de largo plazo que involucra esfuerzos importantes y decisiones políticas transcendentales. Sin duda, un trabajo que se centrará en la creación de un plan de desarrollo hidroeléctrico de bajo impacto, geotérmico, eólico, solar, de biocombustibles, de energías oceánicas, y de eficiencia energética, a mediano y largo plazo, que incluye investigación, inversión y subsidios estudiados.

 

Pero lo más importante es que se trataría de una decisión país, en la que se requieren varios gobiernos seguidos. Una nueva forma de plantearnos el tema en la que todos los sectores de la sociedad deben “firmar el acta” de la independencia energética.

 

Impuesto específico a los combustibles en la mira

 

En junio de este año, la Presidenta Bachelet, en compañía de sus ministros de Hacienda y Energía, anunció la inyección de mil millones de dólares adicionales para el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepco). De esta forma el Gobierno buscaba hacer frente a los altos precios de los combustibles, especialmente del petróleo, que en ese momento ya alcanzaba los US$ 125 por barril.

 

En la oportunidad se anunció además que la Empresa Nacional del Petróleo (Enap) recibiría un fondo de US$ 250 millones para que, según las palabras de la Mandataria, refuerce "y asegure el suministro de combustible en Chile"; al mismo tiempo que deberá mantener tareas de largo plazo como las exploraciones y explotaciones de combustibles en Chile.

 

Estas medidas provocaron una inmediata respuesta en los sectores más afectados por el alza del petróleo y por los parlamentarios, por lo que el ministro Velasco, tuvo que visitar más de una vez el Congreso para asegurar la aprobación del proyecto. Finalmente se promulgó en el Diario Oficial y de a partir del 1 de julio, se facultó al ministerio de Hacienda para que pueda transferir los recursos.

 

Sin embargo, este no fue un proyecto de ley cualquiera. Incluyó varias indicaciones del Ejecutivo que beneficiaban directamente a los camioneros, transportistas urbanos y rurales. Además la iniciativa incorporaba en este fondo al gas licuado y aumentaba en un 50% el subsidio a la parafina.

 

A la luz de estos avances, varios gremios solicitaron entonces la eliminación del impuesto específico a los combustibles. Si bien, este es un reclamo de muchos sectores, el Gobierno aún no ha aceptado poner en marcha esta medida.

 

Fuente:www.diariopyme.com

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