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Uno de cada cuatro alemanes es pobre o vive gracias al Estado

Uno de cada cuatro alemanes es pobre o vive gracias al Estado

Como un jarro de agua fría ha caído en Alemania el contenido del último Informe sobre la Pobreza y la Riqueza, todavía en forma de esbozo. La brecha social aumenta y cada vez más alemanes viven de la ayuda estatal.

 

“Corremos el peligro de que nos suceda lo mismo que a Estados Unidos”, pronosticaba un experto en una entrevista a la radio alemana WDR 5. “Mientras que los vagabundos solían ser los visitantes habituales de nuestros comedores, cada vez son más las familias que a final de mes acuden a nosotros”, comentaba Peter Neher, director de la ONG Cáritas Alemania.

 

 

 

Un 13% de los alemanes es pobre (gana menos de 781 euros netos, el 60% del salario medio), y otro 13% más lo sería si no fuera porque lo impide la protección del Estado. Las conclusiones a las que llega el primer borrador publicado del Informe sobre la Pobreza y la Riqueza en Alemania no son alentadoras, pero tampoco nuevas. La tendencia es conocida.

 

 

 

Al borde de la precampaña electoral, a los partidos políticos les sobran soluciones. Más de lo mismo, dicen las ONG, y critican que nadie se decida a hablar de las causas. “Ya es hora de que empecemos a tener en cuenta a las personas que se esconden tras las cifras”, se queja Neher.

 

 

 

Sueldos para no vivir

 

 

 

 

“La clave para evitar la pobreza está en los empleos a tiempo completo y asegurados”, se lee en el boceto del estudio. De ahí sacan los conservadores de la Unión Cristianodemócrata (CDU) una conclusión que encaja bien con sus tesis sociales. En palabras su secretario general, Ronald Pofalla: “las políticas de crecimiento y ocupación exitosas son el mejor remedio contra la pobreza”.

 

 

 

Con ello, la CDU quiere decir principalmente una cosa: que no aceptará la propuesta socialdemócrata de implantar un salario mínimo interprofesional porque, como sostiene su argumento predilecto en este asunto, sólo serviría para “destruir puestos de trabajo”. Y quien trabaja no es pobre. ¿O sí?

 

 

 

Según el documento, entre 2002 y 2005 las remuneraciones bajaron un 4,7% de media. Los empleados sujetos a convenio laboral, tradicionalmente mejor pagados, se han “reducido fuertemente”. En 2005, “más de un tercio de los sueldos se situaron por debajo del umbral del salario bajo”. En la tercera potencia económica del mundo crece el número de personas que no puede vivir de lo que gana.

 

 

 

Cuando el dinero no basta, en Alemania por lo menos queda el Estado. La ayuda social completa el sueldo. Con ella, muchos logran un estrecho llegar a fin de mes. Sin ella, muchos más pertenecerían a la categoría de “pobres”. Sobre todo las familias y las madres o padres solteros la necesitan. Y así queda demostrado que en este juego también peligran los niños.

 

 

 

Una vergüenza para Alemania

 

 

 

 

La elaboración del Informe sobre la Pobreza y la Riqueza es competencia del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, cuyo ministro, el socialdemócrata Olaf Scholz, ha levantado gran polémica al revelar en una entrevista datos del borrador un día antes de que el mismo se hiciera público. Las soluciones socialdemócratas como la del discutido salario mínimo sacaron así unas horas de ventaja a sus contrarios, que no conocían el contenido total del documento.

 

 

 

Accesible el boceto para todos, el Partido Liberal pide como de costumbre que se rebajen los impuestos, idea a la que se suma una parte de la CDU en oposición a las directrices de su jefa, la canciller, Angela Merkel. Esta reducción no ayudaría a los pobres, dicen los críticos, porque éstos de por sí no ganan lo suficiente como para pagar impuestos, pero sí a las clases medias amenazadas por la pobreza, replican los partidarios.

 

 

 

 

ONG, verdes y izquierdistas se oponen al recorte de los pagos al Estado, que sólo contribuiría a mermar precisamente el sistema social que protege a los pobres e impide que aún más lo sean. En cambio, consideran que debería aumentarse el porto de la ayuda social, a subvencionar subiendo las cargas a los sectores mejor remunerados o recuperando viejos impuestos como que hasta 1997 gravaba bienes y posesiones.

 

 

 

Porque también dice el boceto presentado en Berlín que, mientras bajan los sueldos peor pagados y se estancan los salarios medios, las únicas nóminas que suben son las más altas. Las diferencias sociales aumentan y demuestran un fracaso político: el punto seis del Tratado de Coalición a partir del cual se formó el actual Gobierno alemán se proponía precisamente luchar contra esta tendencia.

 

 

 

“Esta profundización de la brecha que separa a pobres y ricos”, dice Oskar Lafontaine, jefe del partido La Izquierda, “es una vergüenza para Alemania”.

 

 

 

Luna Bolívar Manaut

 fuente:Deutsche Welle

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